22 de abril de 2011

Paciencia


Las cosas cuestan. Nada es gratis, decía sabiamente mi profesora de Ioga, durante sus clases.
Todo requiere su tiempo, y sus momentos. Momentos de soledad, momentos de risas, momentos de caras contrariadas, momentos de cansancio...
La noche bajo las estrellas ha hecho hoy de un árbol especial entre todos los árboles del parque. Pero esto es sólo un espejismo, y tendrán que haber muchas más acciones antes de que brillen las primeras flores de colores bajo la luz del sol en el inmenso jardín.
No sé como explicar esta sensación. De querer que las cosas sean ya, que hayan pasado, y en cambio, saber con seguridad que se tiene que esperar. Tener paciencia.

Post de: Eulàlia

19 de abril de 2011

Espirales

Hoy que estoy tan cerca de conseguir lo que quiero, voy a hablaros de espirales mientras escuchamos Memorias de Africa. Si pudiera, pasaría en una película los maravillosos momentos que he pasado al son de esta música, mi continente querido.

¿donde voy?

Voy hacia un presente que se me antoja feliz. No importa que nadie lo entienda, sólo me basto a mi misma, porque sé que ando en mi trayectoria particular. Y que hago lo que hago desde mi verdad. Me dijo un amigo la semana pasada que le gustaba saber que cada uno anda tras su propia huella. Tantas y tantas cosas (y no sólo materiales, espirituales?) se desean, y qué tan fácil se pueden conseguir, sólo poniendo unas horas de por medio. Unas pocas o unas muchas. Aquellas horas que de pronto transformarán una realidad imposible en la cotidianidad buscada. Dice algún experto que se necesitan 10.000 horas de práctica para llegar a ser excelente en algo. Pienso en cuantas horas he dedicado a los objetivos que me hacen feliz. Cada una de ellas es en si parte de esa felicidad, en formas irreconoscibles a veces.

Si me preguntáis como imagino este camino, o cualquier otro en la búsqueda de un objetivo, personal o en una organización, lo visualizo como una espiral tridimensional, que gira y gira en torno al eje central, cuya punta de flecha es el objetivo final. Ya me gustaría que fuera directamente la línea recta central. Pero no, la que nos conduce a ésta, la voltea. Algunas veces discurre más cerca del centro, otras más lejos, pero siempre avanzando y nunca por idéntica huella. Porque los sitios pueden ser los mismos, y las decisiones, pero el tiempo en que se producen nunca es igual, ni las personas en el instante siguiente. Y así en ese andar maravilloso del que ya hemos hablado tantas veces, una vive y revive, y sigue viviendo, en una música que no se repite sino que evoluciona en todas sus dimensiones.

Y digo lejos porque cuando nos distanciamos, como los planetas del sol en el invierno de las constelaciones, es porque habremos tomado aquellas decisiones que nos apartan de nuestra meta. Si sigue siendo nuestra, algún día volveremos a retomarla. Entonces, cualquier atisbo de realidad que vaya en esa dirección, será un logro personal en sí mismo que nos moverá a acercarnos más, y en el camino, brotarán oportunidades que ni tan siquiera habíamos imaginado que existían. La ley de la atracción otra vez.

Ahi estamos, tomando los rayos de luz de nuestro norte.

Post de: Eulàlia

17 de abril de 2011

Lucha

Aunque deberíamos desprendernos del sentido dramático de la  palabra lucha y hacerla bailar al son de un teclado saltarín de manera que la llenáramos de la liviandad del elemento aire; reconocerse en este estado es energizante y mineralizante.(He buscado en vano aquellos dibujos animados que nos animaban a no olividarnos de vitaminarnos y mineralizarnos, si alguien lo encuentra, que envíe el link)

Reconocerse en la lucha es estar en el fuego. La lucha de los conservacionistas por mantener algo de aquel mundo que un día se encontraron. La lucha de una empresa por mantener sus cifras de ventas en un mercado ralentizado por el miedo. Lucha de una madre trabajadora por un sueldo con que dar de comer a unos hijos que casi no ve. Luchas por reivindicar los derechos en el mundo islámico. La lucha por ir a buscar el amor allí donde esté.

La creencia firme de que podemos, abre posibilidades o, al menos, nos enfoca en nuestra batalla para salir adelante y conseguir lo que queremos. Luchar por lo que un@ quiere. Sin desfallecer. A veces, ver los pequeños resultados de nuestro esfuerzo sirve para proseguir. Esa sensación de volver la cabeza hacia atrás un momento para ver el camino hecho y tomar aire para volver a caminar. Después de tres meses de ejercicio maratoniano, hemos hecho nuestro stop and go particular. Un intento de que toda la organización sea consciente del punto donde estamos antes de tomarnos el respiro de semana santa para volver a empezar. Un paso tras otro, en montaña sirve para hacer cumbre, atesorando cada vista y experiencia vivida.

Pero cuidado, la lucha persistente puede llevar al agotamiento. De ahí que la combinemos con el aire para avivar la llama. Sin embargo, cuando el motivo que nos impulsa yace en nuestro ser más profundo y entra en sintonía con nuestros más grandes anhelos, el motor parece que no va a pararse y siempre encuentre esa energía para ir un poco más allá. En esto están estos días nuestros deportistas en el cuádruple encuentro Barça-Real Madrid. Que mencione el fútbol en temas relacionados con la dirección, no es casualidad. Un@ parece que debe estar al día en este deporte para poder entablar conversaciones de sus colaterales; aunque este es tema para otro post. En la capacidad que ya no se discute, llegar con fuerzas para disputar enteramente cada uno de los partidos, por una motivación mucho más fuerte que el final de una temporada de altisima exigencia física y psicológica.


Post de: Eulàlia



10 de abril de 2011

Responsabilidad sobre el ahora


La enseñanza más grande que me dió el coaching fue la de asumir la responsabilidad de la propia vida. Y no es la clase de responsabilidad que se entiende que tiene el primogénito de una família en la que sus padres han depositado todas sus sueños e incompletudes.

Es la responsabilidad de llevar el timón del discurrir de los días, decidiendo en qué se convierte cada uno de ellos. Y así, de día en día, decidiendo en qué se convierte nuestra vida. "Tus días son tu vida en miniatura" (La contra, Robin Sharma). Se trata de llenarlos. De llenarlos de significado y de sentido para uno mism@. Y este significado nunca es idéntico. Lo que para mi puede ser una hora maravillosa dedicada a la escritura y la instrospección, para otr@ será subir la montaña más alta del mundo o entregarse a los demás en una labor determinada. Y ambas serán maravillosas.

La conciencia de ser responsables de nuestro tiempo, hace que ante las bifurcaciones que se nos plantean a cada minuto, seamos capaces de poder elegir aquellos caminos que son los que una vez soñamos caminar. Aquí, la gran pregunta del ¿Para Qué? es la que me sirve hasta, en última instancia, si no puedo escoger la circunstancia que me toca vivir, si al menos el estado de ánimo que voy a tener ante ella. Porque no consiento que me pase la vida y me de cuenta un día que no es aquello que hubiera querido vivir lo que ha ocupado mis días. Decidir vivir así es tomar la responsabilidad de un@ mism@ y de nuestro ahora (El Poder del ahora, Eckhart Tolle). Es emocionante.

Y aunque la vida siempre tome formas diferentes a cómo un@ hubiera podido imaginar que pasasen las cosas, no en vano vivir sin expectativas es la mejor de las soluciones, seguro que el fondo acaba siendo aquél que un día o cada día, escogimos vivir. (El secreto).

También he aprendido que marcarse metas muy altas conduce a la frustración. Así, es bonito saberse en la senda y disfrutar de los logros que las etapas nos van confiriendo, o como dijo un amigo, la excusa es el objetivo, lo verdaderamente importante es cómo lo vives mientras llegas (o no llegas) a él. Alguna vez habré mencionado ya el sendero atiborrado de pequeños diamantes por el que enfila el luchador de sumo de la fábula de "El monje que vendió su ferrari" (Robin Sharma)."Sé todo lo que puedas ser" dice el monje en uno de sus capítulos finales.

Este blog está siendo un objetivo cumplido. Porque  escribir cada post me acaba convirtiendo en escritora, y más allá de eso, simplemente me permite disfrutar (y no sabeis cómo) escribiendo para alguien más que para mi misma, sobre temas que son en cada uno un reto que afrontar desde la indagación en el conocimiento.

Feliz domingo, mi camino esta semana estaba lleno de tulipanes rosas que planté hace tiempo.

Post de: Eulàlia

3 de abril de 2011

Fluir

No luches. Avanza como el agua entre las piedras en el devenir del río. Imagina que a partir de ahora actúas como ella. Sin oponerte. Desviando tu camino ante los obstáculos sin esfuerzo para proseguir la senda hacia el mar eterno. Utiliza toda tu energía para lo que quieres, sin perderte en dilaciones, lamentos o quejas, llevándola dónde quieras llevarla (ver min.18 Singulars).¿No es más eficaz?

Desplázate sin detenerte, relajada, constantemente, y con brío.  Dice Osho en su carta del Fluir que el movimiento tiene unas cuantas cosas hermosas. Una de ellas es que las aguas te llevan a lo profundo. Y desde allí puedes ver el remolino de la superfície de una manera más cristalina. Pero no sólo esto. Fíjate en esa pequeña cascada. En ese salto que momento a momento se sucede. Y sé consciente de cada segundo. En una consciencia que te abstrae del yo para sólo vivir el instante presente. El resto desaparece y pasas a fomar parte del todo.

Leí una vez hace más de diez años en un artículo del suplemento dominical que "Flow" de Mihaly Csikszentmihalyi, era "La última teoria de la felicidad. Fluir, o como convertir cada instante en algo excepcional”.Ya dejé en un comentario de este blog el inicio de ese artículo: “Imagine que esta descendiendo por una pista de esqui. Toda su atención se concentra en los movimientos de su cuerpo, en la posición de sus esquis, en el aire silbando al rozar su rostro y en los árboles cubiertos de nieve que se suceden veloces a ambos lados. En su mente no queda lugar para conflictos ni contradicciones. Sabe que si un pensamiento o una emoción le distraen, se dará de bruces en la nieve. La pista es tan perfecta que desea que no se acabe nunca.
Si el esquí no es su fuerte, esta immersión total en una experiencia podria ocurrirle mientras baila, canta en un coro, juega al bridge o lee un buen libro. Si usted es de los que adoran su trabajo, tambien podria aparecer durante una complicada operación quirurgica o al cerrar un acuerdo financiero. O podría sucederle al charlar con un buen amigo o jugar con un niño pequeño. Momentos como éstos son como una ventana abierta hacia la intensidad de la vida que contrastan con el gris telón de fondo de la cotidianidad.”

Descubrí una vez mirando una puesta de sol ante el Atlántico esta sensación. Me di cuenta más tarde, por supuesto, y ello fue una gran revelación. Después me he dispuesto a vivir de nuevo de esa manera sirviéndome de su recuerdo. Busca pues en tus experiencias momentos como éstos y conviértelas en un hábito, en tu modo de vida. No son necesarios grandes paisajes, sino el que te rodea cada mañana. Olvida tus resistencias; respira, respira hondo, respira con el abdomen, actúa y fluye. Vive. Sin programa que encorsete las etapas del viaje que quieres realizar. En un equilibrio danzante, como las ondas sinuosas del arroyo que discurre entre los campos. Con la confianza que vas a llegar. Sé feliz. Porque no habrá otro instante como el de ahora y sólo tu puedes decidir como vas a vivirlo.

Post de: Eulàlia